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¿Cuántos gramos de proteína hay que tomar al día?

¿Cuántos gramos de proteína debo consumir al día para ganar músculo?

La ingesta diaria recomendada de proteína depende de múltiples factores, como el peso corporal, los niveles de actividad física y los objetivos específicos de cada persona (ganar masa muscular, perder grasa o mantener un peso saludable). Aquí te explico cómo calcular cuántos gramos de proteína debes consumir diariamente y la importancia de cubrir esta necesidad para optimizar el rendimiento y la recuperación muscular.

Recomendación diaria de proteína

La cantidad recomendada de proteína diaria varía según tu estilo de vida:

  • Persona sedentaria: Según diversas organizaciones de salud, se recomienda consumir alrededor de 0.8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal para una persona con poca o ninguna actividad física. Por ejemplo, si pesas 70 kg y llevas un estilo de vida sedentario, necesitarás aproximadamente 56 gramos de proteína al día.
  • Persona activa o que hace ejercicio moderado: Si realizas actividad física moderada, como correr o hacer ejercicio varias veces por semana, podrías necesitar entre 1.0 y 1.5 gramos de proteína por kilogramo de peso. En este caso, una persona de 70 kg debería consumir entre 70 y 105 gramos de proteína al día.
  • Persona que entrena intensamente o busca ganar masa muscular: Si tu objetivo es aumentar masa muscular, los requerimientos de proteína aumentan a entre 1.6 y 2.2 gramos de proteína por kilogramo de peso. Así, una persona de 70 kg necesitaría consumir entre 112 y 154 gramos de proteína diariamente para optimizar el crecimiento muscular y la recuperación.

Es fundamental recordar que el exceso de proteína no se traduce directamente en más músculo, ya que el cuerpo tiene un límite de absorción, por lo que es crucial balancear los macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) en tu dieta.

Fuentes de proteína para maximizar los resultados

La calidad de las fuentes proteicas es tan importante como la cantidad. Aquí te dejo una lista de las mejores fuentes de proteína que puedes incluir en tu dieta:

  • Proteínas animales: Carne de res, pollo, pescado, huevos y productos lácteos (como yogurt y queso). Estas fuentes son completas, lo que significa que contienen todos los aminoácidos esenciales que tu cuerpo necesita para reparar y construir tejido muscular.
  • Proteínas vegetales: Aunque las fuentes vegetales como las legumbres (lentejas, garbanzos), frutos secos, tofu y tempeh no siempre contienen todos los aminoácidos esenciales, se pueden combinar para obtener proteínas completas. Por ejemplo, puedes combinar arroz y frijoles para obtener todos los aminoácidos que tu cuerpo necesita.

Es recomendable variar tus fuentes de proteínas para asegurar una dieta balanceada que incluya diferentes micronutrientes y antioxidantes.

Proteína en polvo como suplemento

El uso de suplementos como la proteína en polvo (whey o vegana) es una manera eficaz de cumplir con tus requerimientos proteicos, especialmente si tienes una agenda ocupada o si te cuesta obtener suficiente proteína a través de la dieta. La proteína en polvo es una opción rápida y conveniente para después del entrenamiento, ya que es de fácil digestión y se absorbe rápidamente.

Tomar un batido de proteína en los 30 minutos posteriores al ejercicio puede maximizar la recuperación muscular y acelerar el proceso de construcción muscular, especialmente si haces ejercicio de fuerza.

Además, puedes tomarla como parte de tus comidas (mezclada en batidos, avena o postres saludables) para alcanzar tus objetivos diarios sin depender exclusivamente de fuentes animales o vegetales en cada comida.

Conclusión

La cantidad de proteína que necesitas depende de tu peso, nivel de actividad y objetivos. Mientras que una persona sedentaria puede necesitar menos, los deportistas y aquellos que buscan desarrollar masa muscular deben ajustar su ingesta proteica para maximizar los beneficios de su entrenamiento. Ya sea a través de alimentos integrales o suplementos, lo importante es garantizar una ingesta adecuada y equilibrada que promueva la salud y el bienestar a largo plazo.